El trabajo se publica en la edición digital de la revista 'The Lancet Neurology' junto a otro de la Universidad de California que apunta que los casos de ictus varían en gran medida entre países y regiones y que los países pobres son los más afectados
Madrid, 23 febrero 2009 (mpg/AZprensa.com)
La ocurrencia del ictus se ha doblado en 40 años en los países de ingresos bajos y medios, según un estudio del Centro Nacional de Investigación del Ictus de Nueva Zelanda. El trabajo se publica en la edición digital de la revista 'The Lancet Neurology' junto a otro de la Universidad de California que apunta que los casos de ictus varían en gran medida entre países y regiones y que los países pobres son los más afectados.
A lo largo de los pasados 40 años han aumentado en más de un 100 por cien y las personas que viven en estos países afrontan un 20 por ciento más de riesgo de ictus que las que viven en países con ingresos elevados, donde la incidencia del ictus se ha reducido en un 42 por ciento.
Los autores afirman que los descubrimientos de estos dos estudios arrojan luz sobre la urgente necesidad de mejorar la prevención, el tratamiento y los fondos de investigación para el ictus en los países más pobres.
En 2002 se produjeron unos 15,3 millones de ictus en todo el mundo y a pesar de que más del 85 por ciento de ellos se produjeron en los países con ingresos económicos medios y bajos, la mayoría de los recursos para la prevención y tratamiento del ictus se encuentran en los países más ricos.
El estudio de la Universidad de California evaluó las diferencias nacionales en la mortalidad por ictus y las tasas de los años de vida con discapacidad en todo el mundo utilizando estadísticas y datos de la Organización Mundial de la Salud.
También calcularon si las diferencias en los ingresos nacionales y la prevalencia nacional de los factores de riesgo conocidos del ictus predecían las diferencias regionales en la incidencia del ictus y la mortalidad.
Los resultados mostraron amplias variaciones regionales en las tasas de mortalidad con hasta diez veces tantas muertes por ictus y pérdidas de años por discapacidad entre los países más afectados, del este de Europa, el norte de Asia, el centro de África y el sur del Pacífico, en comparación con los países menos afectados, en Europa Occidental y América del Norte.
Los ingresos nacionales fueron el indicador más fuerte de carga por ictus y mortalidad, incluso después de tener en cuenta factores de riesgo conocidos. Los casos de mortalidad asociada al ictus eran hasta tres veces y media más elevados en los países más pobres en comparación con los de ingresos medios y altos.
Los autores concluyen que los métodos actuales de medir y controlar los determinantes globales del ictus no pueden explicar las variaciones regionales en la carga de ictus y la mortalidad asociada. Sugieren que factores de riesgo del ictus como la enfermedad cardiaca reumática y la fibrilación atrial, además de factores emergentes como el VIH/Sida, podrían explicar la carga de ictus en los países con ingresos bajos y medios.
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