¿Cómo archiva el cerebro los datos que le interesan? ¿Cómo los relaciona entre sí? ¿Cómo sabe que debe recuperarlos en un determinado momento y no en otros? Son preguntas que los investigadores aún están lejos de responder. Pero tiempo al tiempo. Por lo pronto, cada vez se sabe más sobre uno de los mecanismos más básicos de todo el proceso, la potenciación de las conexiones entre neuronas. Tras décadas de intentos fallidos por parte de la comunidad científica, un grupo de investigadores españoles ha demostrado que ese fenómeno efectivamente se da en vivo y que tiene consecuencias en el comportamiento. Su trabajo forma parte de los diez hallazgos más importantes del año, seleccionados por la revista Science.
«Desde la época de Ramón y Cajal se suponía que los sitios donde hacen contacto unas células nerviosas con otras, denominados sinapsis, es donde ocurren los cambios estructurales del cerebro que acompañan a los procesos de aprendizaje y memoria», explican los investigadores de
Potenciación a largo plazo
Un cambio bien conocido en las sinapsis es la potenciación a largo plazo (LTP, en sus siglas inglesas). Ya en los años setenta se descubrió que es posible aumentar artificialmente la intensidad de los contactos sinápticos de neuronas del hipocampo -un área del cerebro implicada en la memoria- cuando se aplica a las propias neuronas un cierto estímulo eléctrico, y se avanzó la hipótesis de que este cambio es similar al que ocurre naturalmente cuando se memoriza o aprende algo (el aprendizaje es una de las caras de la memoria, o viceversa). Además, estudios posteriores probaron que cuando se administraba a los animales fármacos que impedían
La potenciación artificial del contacto entre sinapsis, donde hacen contacto unas células nerviosas con otras, impide el aprendizaje
Y eso es justo lo que ha conseguido el grupo de Gruart, que publicó su trabajo en enero de 2005 en la revista Journal of Neuroscience. Los investigadores trabajaron con ratones vivos a los que insertaron finísimos electrodos en áreas del hipocampo, que registraban actividad de varias miles de sinapsis. Después, sometieron a los animales al aprendizaje de una tarea. En concreto, los ratones aprendían a cerrar el párpado al escuchar un determinado sonido, porque después llegaba un soplo de aire. Los científicos pudieron registrar los cambios de intensidad entre las sinapsis de las áreas del hipocampo a medida que los ratones aprendían la tarea. Del mismo modo, cuando pasaban tiempo sin practicarla se detectaba pérdida de actividad en las sinapsis. «Es un proceso lento y simétrico», explica Delgado García. «Los ratones tardan unos cinco o diez días en aprender, y el mismo tiempo en debilitarse las sinapsis cuando la tarea deja de realizarse».
NMDA
Otra fase del trabajo fue comprobar otra hipótesis: que la potenciación artificial del contacto entre sinapsis impide el aprendizaje, «porque las sinapsis están saturadas, no se pueden potenciar más de modo natural», explica Delgado-García. Cuando se potencia artificialmente el contacto entre las sinapsis, con LTP, las conexiones aumentan de intensidad varios cientos de veces, mientras que cuando el proceso ocurre de forma natural, durante el aprendizaje, el aumento es del orden de decenas de veces. Por eso la teoría dice que si un ratón trata de aprender mientras un investigador potencia artificialmente sus sinapsis, no lo logrará porque, simplemente, sus conexiones ya están a tope. Efectivamente eso es lo que vieron los investigadores españoles: «Si se induce potenciación a largo plazo de forma experimental se perturba de tal manera la potenciación natural o fisiológica que es imposible aprender», escriben.
Por último, los investigadores se concentraron en una molécula llamada NMDA, que está en la membrana de muchos tipos de neuronas y que actúa como puerta de entrada en la neurona del aminoácido glutamato. Se sabía que el proceso de potenciación a largo plazo ocurre mediante la activación de este receptor NMDA, así que, si todo es correcto, un compuesto bloqueante de NMDA debería interferir en el aprendizaje. Bingo: Gruart, Delgado-García y Muñoz, «como cerrando el último eslabón de una cadena de conocimientos fragmentados», vieron que «si se bloquea mediante productos químicos selectivos el receptor tipo NMDA se impide el aprendizaje en los ratones y también la potenciación de los contactos sinápticos de las neuronas».
¿Por qué ha habido que esperar desde los años setenta hasta ahora para confirmar que eran correctas las hipótesis sobre el papel de
MÁS HALLAZGOS DEL AÑO
El año pasado hubo más hallazgos relacionados con la memoria y
No obstante, Science advierte: «Los nuevos resultados añaden evidencias a favor de la idea de que
Saludos Cordiales
Dr. José Manuel Ferrer Guerra
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