Esclerosis Múltiple, discapacidad no traumática en los adultos jóvenes
cronica.com.mx.-Bertha Sola
Época de frío podría afectar la calidad de vida de los pacientes con esclerosis
Con la llegada del invierno es muy claro que todos debemos tomar precauciones para evitar enfermedades, pero particularmente los pacientes que viven con algún padecimiento como la esclerosis múltiple (EM), a quienes cambios temperatura podría implicar afectación en su calidad de vida, destacó el doctor Erwin Chiquete Anaya, neurólogo, investigador nacional e integrante de la Academia Mexicana de Neurología (AMN).
La Esclerosis Múltiple afecta directamente al sistema nervioso central cuando la mielina –que es la sustancia que recubre los axones de las neuronas– se deteriora debido al ataque del propio sistema inmune, lo que provoca un “brote” cuya manifestación y gravedad pueden variar, pero entre las más comunes se encuentran parálisis parcial, alteraciones del equilibrio y sensitivas, afección de la vista en uno o ambos ojos, y espasticidad de extremidades.
Especialistas de la Academia Mexicana de Neurología (AMN), refieren que además del calor, que en las épocas correspondientes resulta en un efecto “agotador” para los pacientes con un empeoramiento de algunos síntomas que incluyen bajo rendimiento físico, durante la temporada de frío también es conveniente tomar algunas precauciones.
“Aunque quizá existan diferencias en las varias poblaciones humanas, muchos pacientes con EM refieren que sus síntomas empeoran en la época de calor o con los aumentos de la temperatura corporal interna (p. ej. en fiebre o con el ejercicio físico); no obstante, en la época fría del año pueden ocurrir fenómenos que retan la calidad de vida del paciente”, dijo el experto.
Por ejemplo, unos cuantos pacientes refieren aumento de la espasticidad, otros mencionan problemas para iniciar la marcha, pero sobretodo, el riesgo de infecciones virales de vías respiratorias (muy comunes en la época fría) que puede incrementar el riesgo de brotes de la enfermedad”, explicó el doctor Erwin Chiquete Anaya, neurólogo, investigador nacional e integrante de la Academia Mexicana de Neurología.
El especialista refirió que “los cambios bruscos de temperatura, pero sobretodo las temperaturas extremas durante el año, pueden imponer barreras al paciente con EM para una calidad de vida ideal. En las épocas muy frías pueden aumentar el riesgo de recaídas, mientras que las épocas muy calientes pueden aumentar la severidad de los síntomas previos que han dejado las recaídas”, advirtió.
“Al momento esta enfermedad afecta en el mundo a 2.5 millones de personas, mientras que en México se ha estimado que la cifra oscila entre los 12,000 y 15,000 pacientes; adicionalmente, el daño cognitivo impacta directamente en la vida personal y profesional de los pacientes, por lo que un diagnóstico oportuno nos permitiría preservar su calidad de vida al mantener bajo control a la enfermedad, particularmente si se administra una terapia que además de evitar recaídas, disminuya la velocidad de pérdida del volumen cerebral, que en las personas con la enfermedad puede ser hasta 3 veces más rápida que en un individuo sano”, aseguró.
“Si bien aún es necesario realizar muchos más estudios que nos permitan conocer en qué otras maneras afectan los cambios de temperatura a los pacientes con EM, entre las recomendaciones que pueden ser de gran utilidad para contrarrestar los efectos negativos del frío tenemos que los pacientes deben evitar contraer infecciones respiratorias virales”, agregó.
El té caliente, ropa térmica o el baño con agua tibia no están contraindicados, pero no se recomienda tomar largos baños con agua caliente o el uso de calentadores eléctricos a altas temperaturas, porque el calor constante puede empeorar algunos síntomas de la enfermedad. El objetivo de cualquiera de estas medidas es el de mantener la temperatura corporal normal, ya que cualquier extremo puede afectar a los pacientes.
“La EM es la primera causa de discapacidad no traumática en los adultos jóvenes; sus brotes o ‘recaídas’ consisten en un empeoramiento inmediato de la función neurológica, física o mental, con una duración mayor a 24 horas y que, de manera progresiva, se acumulan para dar lugar a la discapacidad”, detalló el doctor Chiquete.
Finalmente, detalló que la EM tiene mayor incidencia en las personas de raza blanca, con mayor frecuencia en mujeres (dos por cada hombre) y el 70% de los casos se presentan entre los 20 y 40 años de edad, con un alza en los 30 años, por lo que existe un detrimento de la calidad de vida en las edades más productivas de los adultos jóvenes.
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