Investigadores afirman que la creencia y el sentido de comunidad podrían mejorar las habilidades de afrontamiento
En el estudio participaron 132 supervivientes de accidente cerebrovascular (de edad promedio de 72 años) que fueron entrevistados respecto a sus creencias religiosas y espiritualidad.
Los niveles menores de creencia/espiritualidad se relacionaron con mayores niveles de depresión y ansiedad. El motivo de esta asociación no está claro, pero una posibilidad es que las personas religiosamente activas podrían tener un mayor apoyo social, según los autores del estudio.
"Las personas religiosas que están activas en sus comunidades tienen más probabilidades de recibir ayuda externa que puede ser ofrecida por voluntarios", señaló en una declaración preparada el Dr. Salvatore Giaquinto, presidente del departamento de rehabilitación del Centro de rehabilitación San Raffaele Pisana de Roma.
"El apoyo social les permite experimentar sentimientos de atención, amor y estima. La nueva experiencia de apoyo y los antecedentes de fe dan a entender a los pacientes que no están solos", añadió Giaquinto.
Aunque es única, esta investigación no ofrece ninguna evidencia sólida, escribió en un editorial acompañante en la revista Stroke el Dr. Lalit Kalra, profesor de accidente cerebrovascular de
"El estudio no establece que las creencias religiosas definitivamente reducirán el malestar emocional, pero muestra que las personas que son religiosas tienen mejores habilidades de afrontamiento. Por tanto, ambas variables podrían definir atributos personales del paciente, en otras palabras, las creencias religiosas no hacen que la personas confronte mejor, pero podría identificar a pacientes que tienen mejores capacidades para afrontar la enfermedad crónica", concluyó Kalra.
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