19/8/06

Nuevo aporte al mapa del cerebro *


Nuevo aporte al mapa del cerebro

En el mapa que están trazando los neurólogos cognitivos, buena parte de las facultades que nos hacen humanos están radicadas en una delgada capa de materia gris alojada en la parte delantera del cerebro y conocida como "lóbulo frontal".

Ahora, un grupo de investigadores argentinos acaba de agregar una nueva pieza al rompecabezas de esta zona crítica de la mente: en un trabajo recientemente publicado en la revista Neuropsychologia , muestran que -contrariamente a lo que se pensaba- la capacidad de tomar decisiones y la "teoría de la mente" (la habilidad para atribuir a otras personas estados mentales propios y a partir de ellos predecir su comportamiento) no comparten los mismos circuitos cerebrales.

"Demostramos que las áreas que regulan la toma de decisiones afectivas son diferentes de las que regulan la teoría de la mente -dice Facundo Manes, director del Instituto de Neurociencias Fundación Favaloro y del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco)-. El acercamiento que propone este trabajo tendrá, estoy seguro, un impacto concreto en la forma de pensar tratamientos para una innumerable cantidad de pacientes."

Según el investigador, hace años que existe un gran interés por estos dos dominios cognitivos, pero hasta ahora no se sabía si ambas funciones eran lo mismo o tenían diferentes sustratos neurales.

Para verificar su hipótesis, los científicos les tomaron a personas sanas y a pacientes con una forma de demencia que afecta precisamente las regiones frontales del cerebro dos tipos de tests para cuya resolución es necesario ejercitar ambas capacidades.

"Tomamos 20 pacientes con diagnóstico de demencia frontotemporal (por criterios clínicos y resonancia magnética) y los comparamos con un grupo de diez controles normales apareados por edad y educación -explica la licenciada Teresa Torralva, primera autora del trabajo-. En este trastorno hay una atrofia de los lóbulos frontales que afecta la toma de decisiones y también la teoría de la mente. Esto nos permitió medir la respuesta a dos pruebas: una consistía en ver caras y darse cuenta de qué emoción reflejaban; la otra, en contarles una historia con un «faux Pas» (que es «paso en falso», en francés), en la que el sujeto tiene que darse cuenta de que hay una incongruencia."

Con un enfoque estadístico, después de evaluar todas las funciones cognitivas, los investigadores se dedicaron específicamente a la teoría de la mente y a la toma de decisiones, y correlacionaron ambos puntajes.

Dice Torralva: "Lo que encontramos fue que estos pacientes fallaron aún en etapas tempranas en los que incluso médicos con bastante experiencia no advierten que padecen la enfermedad. Las respuestas incorrectas se dieron tanto en teoría de la mente como en toma de decisiones, pero cuando cruzamos ambos dominios nos dimos cuenta de que no había una correlación. No siempre una persona que tenía baja la toma de decisiones era incapaz de ponerse en el lugar del otro. Quiere decir que las dos funciones, aunque comparten algún circuito de la corteza orbitofrontal, estarían utilizando otras áreas cerebrales que hay que estudiar mejor".

Según los especialistas, la demencia frontotemporal se caracteriza por un cambio en la conducta social y personal, con desórdenes como la desinhibición social, la pérdida de empatía hacia los demás, las compulsiones y en ocasiones la euforia. Sin embargo, a diferencia de otras patologías, en ésta están preservadas la memoria, las habilidades visoespaciales y el lenguaje.

"Es una de las enfermedades que más estrés produce en la familia -dice Manes-, porque se da en personas que parecen normales. Por ejemplo, se sabe que el músico Maurice Ravel la padeció, y por eso en su Bolero insiste 17 veces con la misma melodía. Por otro lado, es una enfermedad subdiagnosticada, que no se conoce, aunque un grupo de expertos de Cambridge encontró que es la segunda causa de demencia en menores de 65 años."

Y concluye: "Muchos problemas neuropsiquiátricos (como la esquizofrenia, el trastorno bipolar y otros) están caracterizados por una disfunción de la corteza prefrontal, y por la desregulación de los procesos de toma de decisiones y teoría de la mente, una habilidad vital para la vida familiar y social. Una comprensión más sutil de estos complejos procesos influirá, sin dudas, en la práctica clínica y puede ser la llave que permita ofrecer estrategias racionales de rehabilitación cognitiva".

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